lunes, 11 de junio de 2012

6. Portada

La niñez en los tiempos del Franquismo


Valeria Lorena Cabedo y Belinda Solsona

Esperamos que os guste nuestro trabajo.



1. Los juegos populares y tradicionales


Los niños y la niñas cuando acababan el colegio o el trabajo, en su tiempo libre, jugaban a muchos juegos que les habían enseñado sus familiares.
A estos juegos podía jugar cualquier niño ya que el material que se necesitaba era muy sencillo de encontrar. Jugaban hasta con prendas de vestir.

Todos los niños y niñas no podían tener juguetes comprados porque la situación económica de sus familias no les permitía comprarlos. Entonces, ellos mismos o sus padres los fabricaban con lo que tenían.
En sus ratos libres, los chicos jugaban en la calle al tres en raya, a hacer casas o corrales con trozos de platos y cántaros para cerrar a los animalitos, a cartas, a la morra, a birles, a lanzar piedras a un conejo alejado y acertar, a romper ollas con un palo teniendo los ojos cerrados, etc.
Y las chicas, también en la calle, jugaban a la abuela, a hacer cocinitas, a saltar a la comba, etc.
Como la mayoría de ellas no disponían de muñecas las hacían ellas mismas con calabazas que vestían con ropa. A veces convertían la calabaza, añadiendo bastoncillos y palitos, en un caballo o toro, y así jugaban.

Grupo de niños jugando a la Guerra Civil.








Hecho por Belinda y Valeria.

2. Los juguetes

Algunos juguetes de los años 30:


 










Algunos otros de los 40:









 




Otros de los años 50:











Otros de los 60:








Y, por último, de los años 70:











Hecho por Valeria.





martes, 29 de mayo de 2012

5. Conclusiones de nuestro trabajo


Durante el proceso de elaboración de nuestro trabajo, hemos observado que hubieron dos etapas durante el Franquismo:

La primera, que es la de la infancia de nuestros abuelos, a causa de los problemas sociales y el estancamiento económico que se sufría, la infancia de los niños fue mucho más pobre y dura que actualmente. Muchos niños no pudieron asistir a la escuela porque tenían que ayudar a sus padres en la economía familiar.
Los niños tenían escasos juguetes propios, ya que en esa época tener juguetes en casa era cosa de ricos. Así que jugaban con juguetes hechos por ellos con materiales que encontraban, o en la calle, creando sus propios juegos, como por ejemplo las sillas, la comba, etc. Tenían tanta imaginación que hasta se hacían ellos mismos sus cromos usando la monedas pisadas y aplastadas por el tren. La creación de todos estos juegos les servía para entretenerse y sociabilizarse.

La segunda etapa, que perteneció a la infancia de nuestros padres, fue una etapa de gran crecimiento económico, progreso y acelerada transformación social.
Los niños pudieron asistir más a la escuela.
Seguían jugando en las calles a los diferentes juegos tradicionales, aunque la mayoría de las familias ya se podían permitir comprar algunos, pero escasos juguetes a sus hijos en ocasiones especiales. Estos niños tenían mucho aprecio a sus juguetes, y les daban un cuidado excepcional. Además de los juegos tradicionales y los juguetes, los pequeños ya pudieron entretenerse también con los dibujos animados y los programas infantiles de televisión.


sábado, 12 de mayo de 2012

4.5. Entrevista a Matilde Celades

Me llamo Matilde Celades. Yo nací en Castellón, el día 20 de enero de 1966.
Durante mi infancia yo viví feliz, porque, por la edad que tenía, era ajena a todos los problemas que se sufrían.
La relación con mi familia siempre fue muy buena. Mis abuelos maternos también vivían con nosotros, y unos de mis tíos vivían en un piso debajo de nosotros. A mis otros abuelos y al resto de mis tíos, que vivían en una masía de Atzaneta del Maestrazgo llamada '' Els Canalisos'', los veía muy de vez en cuando, cuando teníamos que subir allí para trabajar algo de tierra. 
Yo no tuve hermanos.
Opino que en aquellos tiempos sí se le daba bastante importancia a los estudios. Puede que no se le diera tanta importancia como ahora, pero yo nunca tuve ningún problema con mis estudios, he estudiado lo que he querido.
El ambiente dentro de la escuela donde yo estudié era bueno y normal, pero los profesores eran mucho más estrictos que ahora, y tenían la mano un poco larga. Como mi escuela era pequeña, en una misma clase podían haber niños de dos o tres cursos diferentes.
A mis 15 años, al terminar un curso de EGB, empecé a trabajar, ayudando a una modista a llevar a la ropa a la tienda donde la vendían. Actualmente soy profesora de corte y confección.
Cuando tenía algún rato libre, salía a jugar con mis amigas a la calle, porque vivíamos en un grupo pequeño de las afueras y era seguro salir allí. También solía jugar con mis primos.
Mi primer juguete fue una muñeca llamada Alejandra. Recuerdo que era rosa, y yo le tenía mucho cariño. La tuve hasta los 15 años, y siempre fue mi preferida. 
En la calle, con mis amigas, jugaba a la comba, a la goma, al escondite, etc. Eran juegos a los que podíamos jugar todas juntas en la calle. 
Como mi padre criaba conejos y gallinas, de vez en cuando mataba a alguno de estos y ya teníamos cena. Teníamos una dieta bastante variada, pero no tan rica como ahora.
En aquellos tiempos el estilo de vestir era un poco diferente al de ahora. Se llevaban pantalones, camisetas, faldas, vestiditos... lo que se podía. Sin duda, yo no tenía tanta ropa como ahora tienen las jovencitas. Entonces tenía un vestido para las fiestas, un par de pantalones y dos camisas para el día a día, no mucho más. De zapatos, solo tenía dos pares: unos para diario y los otros eran para ponérmelos con mi vestido.
Prendas como el vestido y las camisas me las hizo mi tía, que era modista; los pantalones me los compraban.
En mis años de niñez, las chicas y los chicos recibían distintas responsabilidades. A las niñas nos enseñaban a cocinar, a coser, a cuidar a los bebés y a mantener la casa limpia y ordenada. A los niños les enseñaban a ser unos ''manitas'': algo de mecánica, fontanería, ebanistería, etc.
Y los juguetes tampoco eran los mismos. Las niñas teníamos muñecas y jugábamos a la cocinitas, mientas que los niños tenían balones, canicas, chapas, etc.

Matilde a los siete años en el campo con sus familiares (Matilde se encuentra la primera empezando por la derecha)  en  1973.





Hecho por Valeria.

martes, 8 de mayo de 2012

1.1. La gallinita ciega


Se trata de un juego clásico al que todos hemos jugado alguna vez. 

Se jugaba en un terreno llano y sin obstáculos, para evitar caídas. Los jugadores formaban un corro, todos menos uno, y este se colocaba en el centro del corro y hacía de gallinita ciega colocándose un pañuelo sobre los ojos. 
Se sorteaba entre los jugadores quién haría de gallinita ciega. Para empezar a jugar, los jugadores le preguntaban a la gallinita: "Gallinita ciega, ¿qué se te ha perdido?" A lo que la gallinita respondía: "Una aguja y un dedal". Entonces el resto de jugadores le respondían: "Da tres vueltecitas y los encontrarás". El jugador que hacía de gallinita ciega daba tres vueltas sobre él mismo mientras el resto de jugadores cantaban: "Una, dos y tres". Después la gallinita ciega avanzaba con los brazos extendidos intentando tocar a alguno de los otros jugadores, y cuando lo conseguía, debía adivinar quién era al que había pillado tocándole el pelo, la cabeza, la cara y las manos. Luego decía el nombre del jugador que creía que era y si acertaba, se cambiaban los puestos, y si no acertaba, el resto de jugadores le gritaban que había fallado, siguiendo el juego hasta que acertara.
   
Otras formas de jugar eran:

-Una vez vendado el jugador que hacía de gallinita ciega, los demás se daban la mano y lo encerraban formando un corro, mientras cantaban la canción. En un momento dado la gallinita ciega gritaba: "¡Alto!", y todos se paraban y quedaban en silencio. La gallinita ciega señalaba con el dedo en una dirección y el jugador señalado entraba en el corro e intentaba no ser tocado por la gallinita ciega.Cuando ésta conseguía rozar al jugador que había dentro del corro, éste quedaba quieto y la gallinita ciega intentaba adivinar quién era, para lo que podía tocarle la cara o hacerle preguntas para reconocer su voz.

-Esta variante se llamaba la gallinita ciega de los siete pasos. La gallinita ciega quedaba quieta en el centro del terreno de juego y con los ojos vendados. Los demás se movían libremente por el terreno y a una voz de la gallinita ciega, todos quedaban quietos. Entonces, la gallinita ciega podía dar hasta siete pasos en la dirección que quisiera. Si en esos siete pasos conseguía tocar a alguien, intentaba averiguar quién era.

-Otra variante es la gallinita ciega con cojín. La gallinita ciega llevaba un cojín en las manos y los demás jugadores estaban sentados en sillas y repartidos por el terreno de juego. La gallinita avanzaba muy despacio hasta que rozaba o tocaba a algún jugador. Entonces la gallinita ciega apoyaba el cojín sobre las rodillas del jugador que había encontrado sentado en la silla y se sentaba sobre él. A continuación la gallinita ciega decía "Habla, habla gallinita" y el otro jugador gritaba: "¡Quiquiriquí!", cambiando la voz para que no lo reconociera. La gallinita ciega podía dar también otras órdenes, cambiando el animal ("Habla, habla gatito", o "Habla, habla perrito", o bien "Habla, habla trompeta", etc).
 

 
  
Hecho por Valeria.

4.4. María Belinda

Mi nombre es María Belinda. Nací el 13 de septiembre de mil novecientos cincuenta y uno en el Grao de Castellón.
Mi infancia por lo que recuerdo no fue muy mala, sino que viví momentos muy felices con mis familiares y amigos.
No tenia mucho tiempo para jugar porque tenia que ayudar a mi madre a las tareas de la casa ya que eramos tres hermanos y ella no podia con todo y además, mi padre se iva a trabajar mucho tiempo fuera porque era marinero.
Yo me llevaba muy bien con mis padres y con mis hermanos tambiés, como era la pequeña todos me cuidaban mucho.
Tengo dos hermanos, Angel, que es el más mayor, es solo de parte de mi padre porque desgraciadamente la primera mujer de mi padre falleció. Con él siempre me he llevado muy bien, recuerdo que cuando era pequeña y alguna noche de tormenta que tenia miedo venia a mi cama y me contaba cuentos muy divertidos para sacarme una sonrisa.
Mi otro hermano se llama Javier que también es mayor que yo. Recuerdo que siempre nos pinchabamos mucho, siempre discutiamos por todo, pero en realidad nos queriamos muchisimo, lo haciamos por diversión. Siempre acababamos riéndonos.
No teníamos dinero por eso tampoco teníamos juguetes. Pero nosotros nos hacíamos los nuestros caseros y era más divertido.
Una vez para mi cumpleaños, me regalaron una muñeca de cartón preciosa. Tuve la mala suerte de que un día me la deje en la calle y justamente llovió. Aún recuerdo el disgusto que cogí.
Cuando ya era mś mayorcita, para ayudar a mantener la casa, mientras mis hermanos trabajaban en el puerto yo iba a limpiar casas de gente con dinero. Siempre me trataban genial, me daban galletas y dulces para merendar y me hacían regalos.

Hecho por Belinda.